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La educación canina en cachorros
Siempre que alguien piensa en educar a su cachorro surgen algunas dudas. Por dónde comenzar, a qué edad, qué cosas son prioritarias… Aquí dejamos la respuesta a algunas de estas dudas.
¿Cuál es el objetivo de la educación canina en cachorros?
Uno de los objetivos más importantes a la hora de formarse cuando tienes un cachorro en casa es aprender a entenderlo. Conocer su carácter, necesidades en función de su edad, qué cosas son normales y cuáles no, cómo prevenir problemas y cómo corregir los que puedan surgir.
Si somos capaces de conocer bien cómo se comporta un perro y entender el carácter del que tenemos en casa el proceso será más fácil. Nos podemos anticipar porque sabremos porqué hace cada cosa y cuándo.
La educación canina para cachorros nos proporciona herramientas, tanto a los humanos como a los perros, para conseguir que estos últimos se adapten lo mejor posible al entorno en el que viven.
Si partimos de esta base el perro se sentirá confiado y tendrá las herramientas necesarias para gestionar el día a día, ayudando de esta manera a que sea más equilibrado y feliz. Educar al perro es pensar en su bienestar.
La educación de un cachorro es una inversión, pero también es toda una responsabilidad. Tener ganas de aprender, dedicar tiempo e involucrarse es clave para conseguir una relación sana y una buena conexión.
¿Cuándo deberíamos empezar a educar a un cachorro?
Esta pregunta es sencilla. Desde que llega a casa.
Solo que debemos elegir muy bien los ejercicios que realizamos y el nivel de exigencia en cada uno.
¿Por dónde empezar a educar a un cachorro?
Debemos priorizar los límites pasivos, es decir, la gestión del espacio. Lo principal es evitar que aprenda a hacer cosas que no nos interesan (lo que no aprenda a hacer no lo puede repetir). Esto protegerá la relación porque no estaremos todo el día detrás regañando por cada cosa que hace. Es importante que tenga un sitio limitado donde descansar y estar tranquilo.
Después nos deberíamos centrar en tener una buena relación y crear (porque no viene como extra con el perro) una conexión entre nosotros.
La comunicación es clave. Nosotros no hablamos perro y ellos no hablan humano. Debemos crear un lenguaje común que nos ayude a entendernos.
Y me olvidaría de momento de los ejercicios de obediencia (la conexión ya implica que haga caso). Sentado, tumbado, quieto… Son ejercicios que se pueden enseñar más adelante y los aprenderá igualmente. Sin embargo, estar tranquilo (o no estar nervioso) cuanto antes lo aprenda antes lo integrará. Debemos invertir bien el tiempo que dedicamos a la educación del cachorro.
¿Qué tipos de ejercicios podemos hacer?
Jugar con el perro es muy importante, el juego es la base del aprendizaje. A través de ciertos juegos enseñamos al perro a estar tranquilo, a escuchar, a conectar con nosotros, a controlar impulsos, etc.; a la vez que satisfacemos su exceso de energía y pasamos un rato muy divertido juntos.
Entrenar la llamada desde el minuto uno también es básico. Una buena llamada nos dará confianza en el perro y le podremos dar más oportunidades de ir suelto. Lo que se traduce en una mayor calidad de vida.
Dentro de casa aprovecharemos para que se acostumbre a estar tranquilo y también positivizar un espacio seguro para cuando lo necesitemos (como el transportín).
Es buena idea positivizar todos los elementos que utilizaremos más tarde. Acostumbrar a ir con la correa, enseñarle a que se ponga el arnés, trabajar manipulaciones para cuando tengamos que hacer una cura…
Y por último, y no menos importante, socializar al perro. Desde el día que llega a casa podemos ir presentándole el entorno en el que vivirá. Solo tenemos que recordar que es mejor proporcionar experiencias de calidad (en lugar de muchas de cualquier manera) y que si en esta presentación ya nos hemos preocupado de tener una conexión previa entre nosotros, todo irá mucho mejor.
El número de cosas que podemos ir haciendo a medida que va creciendo es infinito. Las prioridades también variarán en función del carácter de nuestro perro. Pero si tenemos tiempo, paciencia y ganas de aprender ya tenemos el inicio del camino hecho.